Gabriel Mercau
La teosofía es una secta denominada "grupo social de movimiento
internacional"; ellos dicen
ser grupo de origen cristiano esotérico, su fundadora fue Helena Petrovna
Blavatsky, y
también la participación de William Quan judge y Steele Olcott.
Este movimiento se dio
origen en New York (estados unidos) durante el siglo XVIII exactamente el 17
de noviembre
de 1875. su doctrina se basa en: búsqueda de lo divino al margen de toda
ortodoxia.
Reivindica el cultivo de una sabiduría tradicional oculta: gnosis, cábala
judía, templarios,
caballería musulmana, cataros, albigenses, pico de la mirándola,
rosacruces. También:
· Afirmación de la identidad de macrocosmos y microcosmos.
· Reencarnación.
· Comunicación astral con los espíritus.
· Doctrina de la iluminación interior.
· Igualdad de todas las religiones.
· Tres planos de la realidad: físico, astral, y espiritual.
· Todo procede del uno por emanación no por creación.
· Divisiones: esotérica, exotérica.
· También recibe otros nombres tales como. Ciencia oculta, sabiduría
divina, etc. Esta secta se dedica mas específicamente a descubrir sobre
el antepasado humano donde explica ¿de donde proviene el hombre?.
· La vida de su creadora esconde algo muy misterioso lo que hace que
se dude de esta secta:
·
La Maestra Blavatsky
En 1831 nació la gran Iniciada Helena Petrovna Blavatsky. Esta gran
Maestra tuvo una gran misión de divulgación de la Enseñanza
Universal. En el año 1875 fundó la Sociedad Teosófica,
basada en sus grandes enseñanzas. Viajando por todo el mundo, expandió
la Sociedad por todo el planeta. Su gran labor tuvo como objetivo sembrar el
anhelo espiritual en un mundo cuyo materialismo empezaba a ir en aumento constantemente,
para que todo aquel que quisiera pudiera alcanzar su Auto-realización.
Desvelando algunos pequeños aspectos del Conocimiento, que hasta entonces
habían
pasado secretamente, consiguió que miles y miles de personas se interesaran
por el estudio de lo espiritual, aunque el estado psicológico y espiritual
de la Humanidad ya no era como el de siglos atrás.
En su filosofía, Blavatsky indica la existencia del Karma y la Reencarnación,
la Universalidad de las religiones (todas provienen del mismo principio), dio
explicación a algunos aspectos esotéricos que todavía no
habían sido divulgados públicamente.
La Gran Maestra Iniciada Helena Petrovna Blavatsky .En su obra "la Doctrina
Secreta", la Maestra da una inmensa cantidad de información, sólo
accesible a los Iniciados hasta entonces. Entre otras muchas cosas, habla sobre
la Creación del Universo y la Historia del Planeta Tierra: las razas
que ha albergado, la extinción de dichas razas, etc. Relata muchos fragmentos
de la vida en la Tierra, hace millones de años. Historias sobre la
Atlántida (documentado con pruebas e indicios claros de su existencia),
explicaciones sobre el Génesis, etc. Los espectaculares indicios, las
grandes ciudades en ruinas bajo el Atlántico (de ahí su nombre)
y demás pruebas evidentes, han sido "hábilmente" escondidos
por los seudo científicos actuales, pues el hecho de admitir su existencia
implicaría el desmoronamiento de sus rancias teorías acerca de
la Evolución, la formación de la Tierra y del Universo, etc. ¿Qué
puede saber de todo ello el pobre animal racional con el sólo uso de
su pobre intelecto? ¿Qué soberbia encierra toda esa pretenciosa
teoría "científica"? Toda esa información que
dio la Maestra Blavatsky, aunque no es algo que le sirva a la Humanidad para
alcanzar la Liberación, fue un método para encender el anhelo
y la inquietud espiritual.
En la proyección del Esoterismo en el mundo actual, no podría
obviarse el papel que han desempeñado en el tránsito de su legado
las escuelas esotéricas del siglo XIX. Tal vez la herencia ocultista
recogida en Occidente no sería la misma sin personajes como madame Blavatsky,
cuyo reflejo ha logrado crear ese atavismo en el que se ha gestado gran parte
de la crónica mas reciente del mundo esotérico.
Helena Petrovna Hahn Fadéeff veía la luz por primera
vez en la víspera del 31 de Julio de 1831 en Ekaterinoslav, al sur de Rusia, en
el seno de una pudiente familia aristocrática. Haciendo un ligero esbozo de su
vida y milagros, sus biógrafos destacan que durante su bautizo, celebrado bajo
el rito ortodoxo, un extraño incidente quiso presagiar ese carácter demoníaco
que le atribuirían en vida sus mas acérrimos detractores. Mientras sus
padrinos escupían alrededor de ella para alejar a los malos espíritus, la
llama de uno de los cirios de la ceremonia acabó por inflamar la casulla del
sacerdote lacerándole con graves quemaduras. Creando la confusión, el fuego se
propagaría haciendo aflorar el pánico entre los asistentes, algunos de los
cuales resultaron gravemente heridos. El halo diabólico que auguraba aquel
incidente, parecía confirmarse en su más tierna infancia. Sonámbula desde los
cuatro años, se la veía deambular por las estancias de la mansión mientras
parecía conversar con las ánimas de familiares difuntos. Con frecuencia, su
familia se convertía en testigo de los insólitos fenómenos que se producían
en torno a su pequeña hija: muebles que se arrastraban de una habitación a
otra, campanas astrales que sonaban a su alrededor y aparatosos fenómenos de
carácter mediumnizo que se manifestaban caprichosamente sembrando el pánico en
la familia Hahn.Educada, a pesar de su rebeldía, en un ambiente en el que
reinaba la más férrea disciplina; Helena abandonó sus estudios a los
diecisiete años. Era entonces una traviesa adolescente sin gracia ni encanto en
la que solo destacaban sus enormes ojos grises y su repulsiva fealdad. Quizás
por esa razón no tuvo mas remedio que contraer matrimonio con el General
Nicephore Von Blavatsky (de quien adoptaría su apellido), un viejo militar casi
octogenario.
Fuera o no ése el motivo de tan singular enlace, lo que se hizo evidente
es que el matrimonio no debió de ser del agrado de la joven Helena, que
a los tres meses (algún autor llega aún mas lejos al señalar
que este incidente se produjo en la misma noche de bodas), tomó un caballo
y abandonó a su vetusto esposo para huir a casa de unos familiares. Temerosa
de regresar con "el viejo cuervo" de su marido; embarcaría
rumbo a
Constantinopla. Comienza así un singular itinerario de viajes que la
conducirá por lugares tan exóticos como Egipto, Grecia, Marruecos,
América, la India o el Tibet milenario. En la tierra de los faraones
conocería a un mago musulmán que, a través del magnetismo
de la sugestión, la enseñaría a dilucidar entre el mundo
real y el reino de Maya. Igual que la filosofía platónica, la
Teosofía establece una frontera entre el mundo ilusorio que percibimos
a través de los sentidos o Maya (que en sánscrito significa Ilusión)
y el de lo absoluto y verdadero (SAT) análogo al mundo platónico
de las ideas. Para atravesar la cortina de Maya y acceder al conocimiento de
los mundos superiores, el discípulo debe eliminar de su mente el espejismo
del Sakkâyadithi, o "gran herejía" de su propia personalidad,
que le induce a percibirse como una entidad independiente ("yo soy yo"),
cuando en realidad es una parte inseparable del Todo: "cuando tu alma,
al contemplar su imagen en las olas del Espacio, murmura: "Esta soy Yo",
puedes decir, oh discípulo, que tu alma está presa en las redes
de Maha-Maya (gran ilusión)". ("La Voz del Silencio",
Fragmento I).
Pero sería en Londres, durante el verano de 1851, cuando se produciría
el acontecimiento crucial que marcaría su destino. Helena se encontraba
paseando a la orilla del lago Serpentine en Hyde Park cuando, rodeado de una
comitiva de príncipes ataviados con ropas orientales, reconoce a su Maestro:
el Mahatma Koot Hoomi, a quien tantas veces había visto en la "luz
astral" de sus sueños infantiles. Aquel mismo día, Blavatsky
y su Maestro conversaron durante varias horas. Según narraría
después a sus discípulos, antes de despedirse, su Mahatma le encomienda
la misión de crear una escuela esotérica.
Sin embargo, tanto Coleman como Peter Washington, coinciden en señalar
el origen, más imaginario que real de los Maestros Iniciados. Según
estos autores, parece más que probable que Blavatsky elaborara el mito
de los Mahatmas a partir de los relatos ocultistas del poeta y dramaturgo Sir
Bulwer Lytton (1803-1873).
Aunque esta posibilidad sea más que discutible, sí es cierto que
madame Blavatsky estaba tan familiarizada con las novelas del célebre
escritor inglés como para exprimir en su "Doctrina Secreta"
algunas de las claves ocultistas diseminadas en su obra.
En su novela "Zanoni"(1842), Bulwer Lytton introducía la leyenda
de los Rosacruces haciendo una breve alusión a la figura de Christian
Rosenkreutz, personaje alegórico que, según la leyenda, peregrinó
a Oriente para llegar hasta la ciudad simbólica de Damcar, donde un grupo
de Iniciados le transmitiría todos los conocimientos de la sabiduría
hermética. Inspirándose en este relato, surge una deliciosa fábula
que se convertirá en el hilo argumental que hilvane las fantasías
de la cosecha teosófica.
Asimismo, en los mensajes que Blavatsky recibía por carta de su Maestro
Koot Hoomi, no faltaban explícitas referencias a conceptos literalmente
extraídos de la novela "La Raza futura" (1871) de Lord Lytton,
cuyo fantástico contenido se interpreta, bajo el prisma teosófico,
como
fragmento de la crónica del origen del hombre.
Algo que también parece dudoso es el hecho de que los Maestros Iniciados
encomendaran a Blavatsky la creación de la Sociedad Teosófica,
concibiéndola como un centro iniciático auspiciado por el gobierno
invisible de los Mahatmas.
De su azaroso origen, da buena cuenta uno de sus fundadores, el coronel Henry
Steel Olcott. Al parecer, la formación de la Sociedad aconteció
de forma improvisada con motivo de una conferencia sobre el antiguo Egipto que
tuvo lugar en Septiembre de 1875 en el apartamento de Blavatsky en Nueva York.
Fascinados por los enigmas del pasado, los asistentes decidieron que era una
buena idea establecer una asociación que se dedicase al estudio de la
sabiduría oculta. Casi como el que no quiere la cosa, se nombró
un comité de cargos directivos cuya presidencia recayó en la figura
del flemático coronel Olcott. Hojeando un diccionario enciclopédico,
uno de los asistentes encontró que la palabra teosofía podía
ser apropiada para bautizar a la recién creada hermandad. Así
fue como, fruto de un indudable arrebato de "inspiración divina",
surgió la Sociedad Teosófica.
El objetivo de esta singular cofradía era la de posibilitar en Occidente
una vía de acceso a los "Grandes Misterios" a través
del discipulado. Sin embargo, tales promesas de Iniciación acabarían
por defraudar a más de un adepto. Tal y como reconocía la propia
madame Blavatsky algunos años después de inaugurar su escuela
esotérica: "Durante los once años de existencia de la Sociedad
Teosófica he conocido de cientos de candidatos laicos, solamente a tres
que no han fracasado hasta ahora, y solamente uno que alcanzó completo
éxito". Y es que, adentrarse en el sendero iniciático de
la Teosofía no era un asunto baladí: "Algunos de nuestros
chelas (discípulos en sánscrito) -continúa madame Blavatsky-
hubieran hecho bien en reflexionar más de una vez antes de arrostrar
las pruebas (de iniciación). Recordamos varios deplorables fracasos ocurridos
en el último año. En un caso, el aspirante
perdió el juicio retractándose de los nobles sentimientos que
acababa de profesar algunos días antes, e ingresando como miembro de
una religión cuya falsedad había demostrado con profundo desdén.
Otro cometió un abuso de confianza y desapareció con los fondos
de su patrón, que también era teósofo. Un tercero se entregó
al más desenfrenado libertinaje, confesándolo al gurú que
había escogido, con inútiles lágrimas y suspiros. Otro
mostró signos de aberración mental y fue acusado ante los tribunales
por su vergonzosa conducta. Otro, se levantó la tapa de los sesos. Blavatsky
había concebido su Sociedad con la intención de "remediar
los evidentes males del cristianismo". Su crítica a la religión
católica, y por extensión a toda la tradición judeocristiana,
no puede interpretarse tan sólo como una manifestación de oposición
frente a la tiranía que encarnaba la figura clerical del siglo XIX. Su
rechazo visceral hacia la Iglesia Católica, pudo haber tenido su origen
en su participación al lado del movimiento revolucionario de Garibaldi
-lo que le permitiría entrar en contacto con la sociedad secreta de los
Carbonarios-, que la mantuvieron enfrentada contra los Estados Pontificios durante
la lucha por la reunificación italiana.
No conforme con criticar la intransigencia eclesiástica, Blavatsky arremete
duramente contra los textos evangélicos tachándolos de ser una
"mina de falsedades", en los que no existe "ni un sólo
átomo de progreso moral"; y no encontrando en ellos más valor
que la de la supuesta
reelaboración de mitos paganos que, por azarosa afinidad con las religiones
arcaicas, puede encontrase si se analiza su contenido simbólico. Atreviéndose
un poco más, el protagonista de los Evangelios se convierte en un mito
que, según ella, "tuvo que ser colocado sobre un fondo oscuro para
ganar en brillantez por el contraste". Paradójicamente, su doctrina
beatifica el nombre de Satanás; concibiendo a su correligionario Lucifer
como único redentor del género humano. Antes de fundar la Sociedad
Teosófica, su inspiradora había probado suerte con otros proyectos
bien distintos. Influida por la corriente espiritista, que por aquel entonces
copaba la atención de la clase burguesa, Blavatsky intentó desarrollar
sus teorías en base a la doctrina de Allan Kardec. Prueba de ello fue
su intento de crear una organización de corte espiritista en El Cairo,
cinco años antes de que se fundase la Sociedad Teosófica. Esta
circunstancia le permitiría exhibir durante algún tiempo el portento
de sus facultades mediumnizas por media Europa.
Años mas tarde, el dictamen emitido por la Sociedad de Investigaciones
Psíquicas de Londres a través del informe Hodgson, calificaría
sus presuntas habilidades paranormales (psicometría, aportes, levitación
de objetos, formaciones ectoplasmias) como fraudulentas. "No la consideramos
como portavoz de ocultos profetas, ni tampoco como mera y vulgar aventurera;
creemos que ha hecho méritos para que se la recuerde permanentemente
como una de las mas cumplidas, ingeniosas e interesantes impostoras de la historia".
Como quiera que su éxito de convocatoria comenzaba a flaquear, la misma
madame Blavatsky acabaría abandonando el espiritismo, con cuya fenomenología
no se mostraría posteriormente favorable. La singular odisea de su periplo
iniciático la conduce hasta las herméticas regiones del Himalaya,
donde logra acceder a los textos sagrados que se conservan en los antiguos monasterios
del Tibet. En aquel mítico lugar, bajo los efectos quizás del
hachís, droga de la que madame Blavatsky era fumadora empedernida, se
inspiraría para escribir su "Doctrina Secreta"; un voluminoso
e indescifrable comentario a una serie de textos que afirmaba haber encontrado
escritos sobre hojas de palmera en un templo subterráneo. Del carácter
dudosamente diáfano de esta obra da buena cuenta la propia madame Blavatsky
al reconocer que, "leyendo la Doctrina Secreta página por página
como se lee cualquier libro, sólo se llegará a una confusión".
Celosamente custodiados por los lamas tibetanos de aquel monasterio, se encontraban,
según ella, los libros secretos de Kiu-Te. Mas allá de los particularismos
religiosos de cada cultura, aquellos antiquísimos textos eran poco menos
que los portadores del conocimiento universal que los dioses habían revelado
a unos pocos Iniciados, y sobre los cuales se habrían inspirado libros
como el Génesis o los Vedas. "No hay religión superior a
la Verdad", decía madame Blavatsky con su "Doctrina Secreta"
bajo el brazo. La verdad es que, tal y como veremos seguidamente, los dioses
no habrían estado muy inspirados cuando dictaron aquellos textos. Sin
necesidad de poner en tela de juicio el que la célebre ocultista rusa
pusiera un solo pie en el Tibet (tal y como mantienen algunos autores), guiándonos
por el sentido común y teniendo en cuenta la misoginia que impera en
la tradición de las órdenes monásticas tibetanas, ¿cómo
estos monjes permitieron a una mujer occidental el acceso a sus libros más
sagrados? Enigmática pregunta para un teósofo.
Por otro lado, y por mucho que les duela a los mas enfervorizados adeptos de
Blavatsky, la ocultista no aportó ni una sola evidencia con la que avalar
sus afirmaciones. Como prueba de la existencia de estos pliegos arcaicos del
saber oculto, Blavatsky cita a un monje italiano perteneciente a la Orden de
los Capuchinos, Fraile Francesco Orazio Della Penna (1680-1747). Parece que
existe cierta correlación entre los ejemplares de Kiu-Te hallados por
madame Blavatsky y unos libros encontrados por el fraile en una de sus misiones
por tierras tibetanas. El monje capuchino se pitorrea en sus Memorias del contenido
de unos textos sagrados conocidos como los Libros de Kanjur. Aun a pesar de
los datos y fuentes citadas por Blavatsky en su vano intento de demostrar la
veracidad de sus afirmaciones, la única similitud que parece existir
entre los libros de Kanjur citados por Della Pena y los volúmenes de
Kiu-Te es el oneroso carácter literario de ambos textos.
En el análisis que realiza de uno de estos volúmenes, titulado
"Las Estancias de Dzyan", madame Blavatsky sitúa la antropogénesis
del hombre como el resultado de la evolución de varias Razas. Según
se desprende de la tradición hermética, la actual oleada de vida
humana sería el resultado de una constante cadena evolutiva cuyo origen
se pierde en el inicio del Manvantara o gran ciclo cósmico. Hace miles
de millones de años, los seres humanos anidaban bajo formas de chispas
luminosas de origen divino (monadas), mientras esperaban la oportunidad de poder
encarnarse.
Según Blavatsky, en el transcurso de la evolución del género
humano, se desarrollan siete Razas que, desde su génesis primigenia hace
unos trescientos millones de años, han ido surgiendo a medida que se
alcanzaban determinados estadios evolutivos. Dentro del ciclo evolutivo de cada
Raza-Raíz, surgen siete sub-razas, una de las cuales será la que
se convierta en la siguiente Raza. Por tanto, la aparición de una nueva
Raza supondría la conquista de un escalón evolutivo superior.
Siguiendo las Estancias de Dzyan, la génesis de la creación tuvo
lugar con la primera manifestación visible del hombre a través
de su Primera Raza: los "Chhâyâs", vocablo que en sánscrito
significa sombras o espectros. Los Chhâyâs se concibieron a sí
mismos por "generación espontánea" durante el período
Carbonífero de la era Paleozoica, hace aproximadamente unos trescientos
millones de años. Cuando las monadas penetraron en el plano áurico
de la Tierra, proyectaron dobles etéricos que se transformaron en las
sombras en las que se alojarían las almas de los primeros seres humanos.
Asemejándose a enormes células de éter, los Chhâyâs
constituían gigantescos entes traslúcidos en estado semigaseoso
que alcanzaban una altura de varias decenas de metros. Estas entidades amorfas
se formaron en el Polo Norte magnético, que entonces se situaba en la
mítica Isla Blanca de Shvetadvipa (o Isla Sagrada Imperecedera), cuyas
raíces se sitúan en la actual cordillera del
Himalaya. La Isla Blanca estaba formada por una cadena de montañas que
emergieron del océano adoptando la caprichosa forma de una gigantesca
y monumental flor de loto de siete pétalos. Esta tierra, se convertiría
en el Edén de la mitología cristiana, la Tierra Sagrada en cuyo
seno se desarrollarían las grandes razas-madre de la Humanidad.
Los Chhâyâs se reproducían por partenogénesis
(igual que los organismos unicelulares), y deambulaban en manadas sobre la
desolada faz de la tierra, pues necesitaban recibir la luz del Sol y de la Luna,
con cuya energía se alimentaban los éteres de su estructura, aún amorfa y en
desarrollo. Poco a poco fueron perfeccionando su estructura vaporosa al
condensar sus éteres, convirtiéndolos en caparazones físicos de materia mas
densa. Las almas de los Chhâyâs acabaron alojándose en los cuerpos de su
propia progenie: los Hiperbóreos. Las criaturas de esta Raza se asentaron en el
legendario continente de Hiperbórea, que actualmente comprendería la región
del norte de Asia y los países escandinavos, y que por aquel entonces constituían
una zona tropical de abundante vegetación. Los Hiperbóreos eran todavía seres
etéricos que se reproducían mediante la producción de "esporas".
Sus cuerpos exudaban gotas de sudor que, al recibir los rayos solares, adquirían
formas prehumanas, de ahí que en la Doctrina Secreta sean llamados como
"los Hijos del Sudor". Al hilo del tiempo, esas gotas de sudor
comenzaron a solidificarse adoptando la forma de gigantescos huevos. Comienza así
a perfilarse el origen de una nueva especie que dará lugar a la Tercera Raza:
los Lémures. Estos tuvieron su origen en un enorme continente, cuyas tierras se
extendían por gran parte del Océano Pacífico, al que madame Blavatsky denominó
Lemurias, término que fue acuñado a mediados del siglo XIX por el naturalista
sir P.L.Sclater quien, tras estudiar la distribución de los monos lémures en
vastos territorios, supuso la existencia de un antiguo continente que abarcaría
la actual Oceanía, algunas zonas de África y la región de Madagascar. Los Lémures
constituyen la primera generación de humanoides que poblaron la Tierra. Su
inteligencia, todavía en desarrollo, era mas bien instintiva, aunque suficiente
como para que desarrollaran un primitivo sistema de comunicación a través de
sonidos guturales. Tenían forma de gigantescos primates de unos diez metros de
alto; aunque poco a poco, su talla iría menguando para asemejarse a la del
hombre actual. Para Blavatsky, este cambio evolutivo se ilustra por analogía
con el de otras especies animales, como la que se aprecia en los actuales
reptiles, descendientes de los grandes saurios del Mesozoico, Identificados con
la leyenda de los cíclopes de la mitología griega, los Lémures poseían un
ojo en su frente que, con el tiempo, iría degenerando paulatinamente hasta
convertirse en la glándula pineal.
Las primeras sub. razas lémures eran todavía asexuadas, y nacían
de secreciones ovíparas, aunque en el transcurso de su evolución,
hace unos dieciocho millones de años, se produciría la diferenciación
sexual del género humano: "Los animales se separaron los primeros
en macho y hembra y empezaron a engendrar. Luego, el hombre, se separó
también; y dijo: "Hagamos lo que ellos (los animales); unámonos
y hagamos criaturas" Y así lo hicieron" (Estancia VIII, párrafo
31). Del fruto de esta generación surgiría la Cuarta Raza, que
habitaría en un hermoso continente que madame Blavatsky identifica con
la Atlántida de Platón.
Algunas de las sub. razas inferiores de la Raza Lemur, que acababan de descubrir
los placeres del sexo, cometieron el error de mezclarse con los animales. "Y
aquellos que carecían de chispa -escribe madame Blavatsky- tomaron para
sí enormes animales hembras. Engendraron monstruos, una raza de monstruos
encorvados cubiertos de pelo rojo que andaba a gatas" (Estancia VIII, párrafo
34). De este modo, la Teosofía rechaza la teoría evolucionista
de Darwin, sosteniendo que el origen de las especies primates procede de formas
involucionadas que surgieron en el seno de la Raza Lemur.
La Raza Atlante surgió hace unos nueve millones de años. Esta
Raza actualizó el plano kamamanásico que despertó su intelecto
racional, lo que les permitió desarrollar numerosos focos civilizatorios,
alcanzando un desarrollo científico y técnico nada despreciable.
Llegaron a construir sofisticadas máquinas voladoras (identificadas con
los enigmáticos discos volantes o Vimanas que aparecen mencionados en
los Vedas) propulsadas por motores antigravitatorios a reacción. Hace
200.000 años, un enorme cataclismo sumergió parte del continente
atlante, desgajándolo en pequeños islotes coloniales que se extendieron
por el océano. El último fragmento de la Atlántida, al
que hace referencia Platón en uno de sus diálogos, fue la gran
isla de Poseidonis, que se hundió bajo las aguas hace unos 11.500 años.
Continuando el plan evolutivo de los dioses, la Quinta Raza, denominada Aria,
surgió casi abortivamente en las regiones del Asia Central, cuando su
origen debía de haberse producido en el norte de Europa. Tras largas
y penosas migraciones, se asentaron en la cordillera del Himalaya, en una mítica
ciudad conocida como Aryavartha (el país de los Arios).
De acuerdo con la antropogénesis teosófica, aún hoy persisten
en la Humanidad el reflejo de estas tres últimas Razas; manifestación
de los distintos estadios evolutivos en los que se encuentra el género
humano. Esto explicaría, según ella, la diferencia entre la capacidad
intelectual de las distintas poblaciones del planeta. La población de
origen europeo se identificaría con la raza blanca o Aria. Como descendientes
de la Tercera Raza, se derivan las tribus africanas y austropolinésicas,
mientras que los mongoles y los japoneses serían mutaciones de las primeras
sub. razas atlantes. Por contra, los judíos constituirían una
raza artificial aria pero degenerada en espiritualidad. La extinción
natural de las razas inferiores es, según Blavatsky, una "necesidad
kármica". Y si, según la "Doctrina Secreta", la
svástica se considera el "martillo de la creación",
poco más queda añadir que el lector no haya deducido ya. Las dotes
proféticas de madame Blavatsky la adelantaron a su tiempo inspirándola
a escribir lo que, años mas tarde, se convertiría en el catecismo
esotérico del III Reich. Quedan por desarrollarse, según Blavatsky,
la Sexta y la Séptima Raza, cuya génesis preconiza una nueva humanidad
que convertirá a los seres humanos en seres superiores: "La Humanidad
aún deberá esperar millones de años hasta que llegue el
día en que se transforme en una Raza de dioses". En su pretensión
de otorgar un carácter medianamente científico a su "Doctrina
secreta"; Blavatsky combinó el evolucionismo darviniano, al contemplar
el carácter primate de los primeros hombres (los Lémures) y la
ontogenia filogenético de Haeckel, asignando un carácter evolutivo
a los distintos modos de procreación de las Razas. Al mismo tiempo, no
pasa desapercibida la clasificación racial de Linneo, modificada posteriormente
por Flower en 1885: las Razas Lemur, Atlante y Aria se corresponden con la taxonomía
clásica de las poblaciones etíope, mongoloide y caucasoide respectivamente.
Aderezado con el sugestivo tapiz de revelación iniciática, parece
evidente que la originalidad no es precisamente una de las virtudes que puedan
destacarse de la obra de Blavatsky. Su amalgama teórica respondió
más al contexto histórico y socio-cultural en el que se desarrolló
que a pretendidas "verdades absolutas" reveladas por alguno de los
Mahatmas del Tibet.
Elevada a los altares del Ocultismo, el cúmulo de fantasías blavatskianas
que acompañaron al apostolado teosófico ha acabado convirtiéndose
en hoja perenne del esoterismo contemporáneo. Su innegable influencia
en las corrientes esotéricas del siglo XX, han convertido a madame Blavatsky
en referencia obligada para cualquier estudiante de ocultismo que pretenda echarse
faroles manejando con un mínimo de propiedad palabrejas como karma
o dharma.
.
Síntesis de la ciencia oculta:
El abismo insuperable entre la mente y la materia, que la ciencia moderna ha
descubierto, es el resultado lógico de los métodos actuales de
la investigación científica, por decirlo así. Estos métodos
son analíticos e hipotéticos, por lo tanto, los resultados alcanzados
son absolutamente tentativos e incompletos. Aún cuando la "Filosofía
Sintética" de Spencer es, en el mejor de los casos, un intento de
comprender el método y el módulo completo de la naturaleza dentro
de uno de sus procesos. El propósito consiste en el sintetizar, pero
no puede ser definida una filosofía ya que esta sería una mera
hipótesis especulativa, la cual es comparable al fisiólogo que
estudia la función de la respiración en un ser humano sólo
mediante el proceso de la expiración, ignorando el hecho que la inspiración
debe completar cada acto espiratorio, si no la respiración cesa.
Por lo tanto, al tomar los hechos de la experiencia derivados de los fenómenos
de la naturaleza y considerando los procesos cósmicos y orgánicos
simplemente desde sus aspectos objetivos, tendremos siempre "eslabones
perdidos," "abismos insuperables" y "vacíos inconcebibles."
Pero en el caso del ocultismo, esto no sucede en cuanto la ciencia oculta es
experimental y analítica, por lo tanto no reconoce "eslabones perdidos,"
"abismos insuperables" y "vacíos inconcebibles,"
porque no encuentra nada de todo esto. Tras de la ciencia oculta, existe una
Filosofía completa que incluye todo, la cual no es simplemente sintética
en sus métodos, en cuanto aún las hipótesis más
extrañas pueden serlo, sino que es la verdadera síntesis. Considera
a la naturaleza como un todo completo, por lo tanto, el estudiante de ocultismo
puede colocarse en ambos puntos de observación. Desde el punto de vista
de la Naturaleza completa, puede seguir el proceso de segregación y diferenciación
hasta el átomo más pequeño condicionado en el tiempo y
en el espacio, o, desde la manifestación fenomenal del átomo,
proseguir hacia arriba, hasta cuando el átomo llega a ser una parte integral
del cosmos, involucrado en la armonía universal de la creación.
Los científicos modernos pueden hacer lo mismo incidental o empíricamente,
mientras el ocultista lo realiza sistemática y habitualmente, por lo
tanto filosóficamente. El científico moderno se confiesa con orgullo
un agnóstico total. El ocultista es reverentemente y progresivamente
un gnóstico.
La ciencia moderna distingue entre la materia "viva" y "muerta,"
"orgánica" e "inorgánica" y considera la "vida"
un simple fenómeno de la materia. La ciencia oculta reconoce "principalmente
el postulado según el cual en la naturaleza no existe nada que sea substancias
o cuerpos inorgánicos. Las rocas, los minerales y aún los 'átomos'
químicos, son simplemente unas unidades orgánicas en profundo
letargo. Su pasividad tiene un término y su inercia se transforma en
actividad." ("La Doctrina Secreta" Vol. I., Pág. 626,
nota). El ocultismo reconoce Una Vida Única Universal que incluye Todo.
La ciencia moderna considera la vida como un fenómeno particular de la
materia una simple manifestación transitoria debida a las condiciones
temporales. Aún la lógica y la analogía debieran ayudarnos
más en esto, por la simple razón que la así llamada materia
"inorgánica" o "muerta," se convierte constantemente
en orgánica y viva, mientras la materia del plano orgánico se
trasforma continuamente en inorgánica. ¡Qué concepto racional
y justificable es, el suponer que la capacidad o la "potencia" de
la vida está latente en la materia!
Los "elementos," los "átomos," y las "moléculas"
de la ciencia moderna, en sus partes físicas y metafísicas, aunque
hipotéticas, raramente son filosóficas, en cuanto se les consideran
simplemente fenomenales. La ley de Avogadro incluía una generalización
respecto a la estructura física y al numero. Los recientes experimentos
del Prof. Neumann depusieron la misma ley matemáticamente desde los primeros
principios de la teoría mecánica de los gases, pero fue el Prof.
Crookes quien percibió la necesidad filosófica de un substrato
primordial, el protile, para establecer las bases de la Meta química"
como indica "La Doctrina Secreta." En otras palabras, una filosofía
completa de la física y de la química, que remplazará las
simples hipótesis y el empirismo. Si una o dos generalizaciones deducidas
como necesidades lógicas o matemáticas, desde los fenómenos
de la física y de la química, han sido capaces de revolucionar
la química antigua, ¿qué cosa podríamos esperar
de una síntesis completa que puede tomar los conceptos universales por
medio de una ley que incluye la esfera entera de la materia? Aún el verdadero
ocultista ha sido el depositario de este conocimiento desde hace muchos siglos.
Visones parciales de esta filosofía han sido suficientes para suscitar
en las mentes de Kepler, Cartesio, Leibnitz, Kant, Schopenhauer y al final en
el Prof. Crookes, las ideas que atrajeron la interesada atención del
mundo científico. Aunque en ciertos puntos, tales escritores se complementan
y se apoyan recíprocamente, nunca revelan la síntesis completa,
en cuanto nadie de ellos la poseía, a pesar de que siempre ha existido.
"Que el lector tenga presente estas 'Monadas' de Leibnitz, cada una de
las cuales es un espejo viviente del universo, en cuanto cada monada refleja
la otra, y compare esta idea y definición con algunas stanzas (slokas)
en sancrito traducidas por William Jones en las cuales leemos que la fuente
creativa de la Mente Divina 'Oculta en un velo espeso de tinieblas, formó
espejos de los átomos del mundo y en cada uno de estos reflejó
su rostro." ("La Doctrina Secreta" Vol. I. Pág. 623).
Puede ser humillante para la "Ciencia Moderna Exacta" y repugnante
para la cristiandad, tener que admitir que los paganos que ellos menosprecian,
y las "Escrituras paganas" que siempre han sido ridiculizadas e ignoradas,
todavía poseen una base de sabiduría nunca soñada en el
mundo occidental. Deben entonces aprender la lección que la Ciencia no
se originó en occidente, ni está ahí, así como la
superstición y la ignorancia no pertenecen solamente al oriente.
Puede ser fácilmente comprobable que la ciencia y la filosofía
antiguas anticiparon hace muchos siglos todo verdadero descubrimiento y adelanto
importante. Es verdad que estas antiguas doctrinas han sido expresadas en idiomas
y símbolos desconocidos y grabadas en libros inaccesibles hasta un período
muy reciente para la mente occidental. Más allá de toda inaccesibilidad,
la causa que ha impedido estas verdades antiguas de alcanzar nuestra época,
ha sido el prejuicio, el desdén y el desprecio hacia el conocimiento
pasado, demostrado por los principales personajes del pensamiento moderno.
Ni hemos aún aprendido la lección que la intolerancia y el desdén
nunca son señales de sabiduría o los heraldos del saber en cuanto,
salvo unas pocas excepciones, aún hoy toda discusión o reclamo
sobre estas antiguas doctrinas, suscita el desprecio y el desdén. Todavía,
su historia ha sido delineada y presentada al mundo. Como han observado los
autores de "La Doctrina Secreta," la generación actual podrá
no aceptar ampliamente tales enseñanzas, que se conocerán y se
apreciarán en el siglo veinte.El pensamiento moderno, a causa de la tendencia
materialista, no aprecia el propósito y la importancia de esta filosofía. No
se cree que aún sea posible una ciencia metafísica y una filosofía científica
completas, por lo tanto la sabiduría antigua, por ser tan vasta, no ha sido
reconocida en nuestra época. No podemos percatarnos de que los autores de la
sabiduría antigua hayan hablado de al menos dos planos de la experiencia
consciente que transciende nuestra diaria "percepción sensoria", aún
cuando es una realidad, y ¿por qué tal revelación debería chocar o asombrar
al moderno defensor de la evolución? Justifica simplemente sus hipótesis y
amplía su campo de acción. ¿Es por qué los custodios actuales de este
antiguo saber no se preocupan por ser reconocidos en la bolsa y no compiten en
los centros comerciales mundiales? Si el resultado práctico de tal competencia
necesitaba una ilustración, podemos tomar como ejemplo al señor Keely.
Los descubrimientos
de nuestra época ya adelantan de muchos siglos su cultura ética
y el conocimiento que debería entregar un poder superior a unos pocos
individuos, cuyos valores éticos son inferiores, más bien que
superiores a los de las masas ignorantes que sufren, conducirán solamente
a la anarquía y aumentarán la opresión. En estos planos
de conciencia superior, la ley del progreso es absoluta, el conocimiento y el
poder se dan la mano para beneficiar al ser humano, no sólo a los poseedores
individuales de la sabiduría, sino a la raza humana completa. Los custodios
del conocimiento superior son por motivación y desarrollo los depositarios
de lo divino. Estas son las condiciones de la conciencia superior a las cuales
nos hemos referido. Por lo tanto, la síntesis de la ciencia oculta se
convierte en la síntesis superior de las facultades humanas. ¿Qué
importa si el ignorante ridiculiza su existencia, tratándola con desdén
y menospreciándola? Los que conocen su existencia y han aprendido algo
sobre el propósito y la naturaleza de la síntesis de la ciencia
oculta, pueden en su turno sonreír por cuanto tienen piedad y sienten
dolor en ver la voluntaria esclavitud a la ignorancia y la infelicidad que ridiculizan
la instrucción y cierran sus ojos a las verdades más claras de
la experiencia.
Abandonando momentáneamente el campo de la física y de la cosmogénesis,
podría ser positivo considerar algunas aplicaciones de estas doctrinas
en las funciones y en la vida del ser humano.
(Las citaciones siguientes provienen de "La Doctrina Secreta" y de
otras obras de H.P. Blavatsky.)
"En realidad, según la enseñanza oculta, todo lo que cambia
es orgánico, contiene el principio vital y tiene la potencialidad entera
de las vidas superiores. Por lo tanto, al admitir que todo lo que existe en
la naturaleza es un aspecto del elemento único y la vida es universal
¿como es posible que exista un átomo inorgánico?"
El ser humano es un animal perfeccionado, pero antes de alcanzar la perfección,
aún en el plan animal, la luz del nivel superior debe haber empezado
a resplandecer en él. Sólo el animal perfecto puede cruzar el
umbral del plano superior siguiente, o humano, y mientras esto acontece, sobre
él brillará el rayo del plano suprahumano. Por lo tanto, como
el alba de la humanidad ilumina el plano animal, y como estrella guía
atrae la Monada hacia una conciencia superior, así la aurora de la divinidad
ilumina el plano humano, atrayendo a la monada hacia el plano de conciencia
supra-humano. Éste es simplemente el aspecto filosófico y metafísico
de la ley de la evolución. El ser humano no posee un principio más
que el insecto más pequeño, él es sin embargo, "el
vehículo de una Monada totalmente desarrollada y auto consciente que
sigue intencionalmente su línea de progreso, mientras que en el caso
del insecto y del animal más evolucionado, la tríada superior
de los principios está absolutamente dormida." Por lo tanto, la
Monada original contiene la potencialidad de la divinidad. Desde luego, es claramente
incorrecto llamar eso proceso de pensamiento una "Filosofía Sintética"
que considera solo los fenómenos, terminando entonces con la materia
en el plano físico. Estas dos generalizaciones de la filosofía
oculta, según las cuales cada átomo tiene la potencialidad de
la vida, y todo insecto y animal posee las potencialidades de los planos superiores,
aunque estos poderes estén dormidos, añade a la teoría
evolutiva de Spencer precisamente el elemento que le falta, o sea el aspecto
metafísico y filosófico, que permite a la teoría llegar
a ser sintética.
Lo Monada es entonces esencial y potencialmente la misma en el organismo vegetal
inferior a través de toda forma y grado de vida animal, hasta al ser
humano y más allá. Acontece un despliegue natural de sus potencialidades
desde "Monera" hasta el ser humano, aunque existen dos planos de conciencia,
el sexto y el séptimo sentidos, que la humanidad común no ha desarrollado
todavía. Cada monada es contenida en una forma y limitada por la materia,
llega a ser consciente en su plano y en su nivel. Por lo tanto, la conciencia,
como la sensitividad, pertenece a las plantas y a los animales. La autoconciencia
pertenece al ser humano porque mientras está encarnado en una forma,
la tríada superior de los principios, Atma-Buddhi-Manas, no es más
latente, sino activa, aunque esta actividad está lejos de ser totalmente
desarrollada. Cuando tal actividad se ha desarrollado completamente, el ser
humano habrá llegado a ser consciente en un plano aún superior.
Estará dotado del sexto sentido mientras el séptimo estará
por abrirse, entonces se habrá convertido en un "dios" en el
sentido que Platón y sus seguidores daban a dicho término.
La filosofía oculta, al entregar este sentido más amplio y completo
a la ley de la evolución, elimina totalmente los "eslabones perdidos"
de la ciencia moderna e, impartiendo al ser humano una visión parcial
de su naturaleza y destino, no sólo indica la línea de la evolución
superior, sino que lo dota de los medios para conseguirla.
Los "átomos" y las "monadas" de la Doctrina Secreta,
son muy diferentes de los átomos y de las moléculas de la ciencia
moderna, según la cual son simplemente partículas de materia dotadas
de una fuerza ciega, mientras la Doctrina Secreta las considera como "nucleolos
obscuros" y "Dioses" potenciales, conscientes e inteligentes
desde su primera encarnación al principio de la diferenciación
durante la alba del Manvantara. Entre el "orgánico" y el "inorgánico,"
la materia "viva" y "muerta," no existen más líneas
concretas. Cada átomo está dotado y activado por la inteligencia
y está consciente en su nivel y en su plano de desarrollo. Este es un
vislumbre de la Vida Única que:
Se extiende por todo tiempo y lado.
Vive sin ser dividida y obra sin consumirse.
Podemos decir que el "Ego" en el ser humano, es una monada que ha
acumulado innumerables experiencias durante tiempos inmemorables, desplegando
lentamente sus potencias latentes a través de una sucesión de
planos materiales. Por eso se le llama el "eterno peregrino."
El principio manásico o mental, es cósmico y universal. Es el
creador de toda forma y la base de cada ley en la naturaleza. No podemos decir
lo mismo de la conciencia, en cuanto es una condición de la monada como
resultado de su encarnación en la materia y su estancia en una forma
física. La autoconciencia, que mirada desde el plano animal hacia arriba,
parece el principio de la perfección, mirada desde el plano divino hacia
a bajo, es la perfección del egoísmo y la maldición de
la separación. Es el "mundo de la ilusión" que el ser
humano se ha creado. "Maya es la facultad perceptiva de todo Ego que se
considera una Unidad separada e independiente del Sat, o 'esencia del ser' Único,
Infinito y Eterno." "El "peregrino eterno," debe desde luego
proseguir siempre más arriba y abandonar el plano de autoconciencia que
tanto le costó alcanzar.
Un conjunto de innumerables "Vidas" constituye la compleja estructura
que llamamos "Ser Humano." La esencia de la Vida Única no solo
llena toda célula microscópica que compone los tejidos, sino que
las moléculas y los átomos que forman estas células. Cada
célula orgánica, así llamada, tiene su núcleo, un
centro de materia más sutil y sensitiva. Los procesos nutritivos, constructivos
y funcionales consisten en un flujo y en un reflujo, en inspiración y
expiración, a y hacia el núcleo.
Por lo tanto el núcleo es, según su nivel y tipo, una "monada"
encarcelada en una "forma." Sin embargo, toda célula microscópica
tiene su propia conciencia e inteligencia, por lo tanto, el ser humano está
compuesto de innumerables "vidas". Ésta es simplemente síntesis
fisiológica deducida lógicamente de los hechos de la fisiología
e histología y aún de la secuencia lógica de la filosofía
del ocultismo. La salud general del cuerpo, depende en la integridad de todas
sus partes y especialmente en la armoniosa asociación y cooperación
entre ellas. Un tejido enfermo implica que un conjunto de células individuales
no quieren cooperar, engendrando en este tejido una acción discordante,
usando o pidiendo más de lo que se debe en alimento y energía.
La enfermedad en el tejido del cuerpo humano, indica exactamente el "pecado
de separación." Además, las células se agrupan según
el principio de las jerarquías. Los grupos más pequeños
están sujetos a los conjuntos mayores, que a su turno están subordinados
a aquellos más amplios o al conjunto total. Por lo tanto, toda célula
representa y resume al ser humano, el cual es una copia del Universo. Como hemos
ya observado, el "Eterno Peregrino," el Alter Ego en el ser humano,
es una monada que progresa durante las edades. El ego, por derecho y dotes propios,
es el rey en el plano de la vida corpórea del ser humano. Descendió
en la materia en el proceso cósmico hasta que alcanzó el reino
mineral, luego empezó a ascender por los "tres reinos" hasta
que llegó al plano humano. Los elementos de su ser, análogamente
a las células y a las moléculas del cuerpo humano, son conjuntos
de estructuras accesorias o subordinadas al ego. Por lo tanto, la monada humana
o Ego, es afín a todo lo que es inferior a ésta y es la heredera
de todo lo que le es superior, ligada por lazos indisolubles al espíritu
y a la materia, "Dios" y "Naturaleza." Los atributos que
acumula, y las facultades que desarrolla, son simplemente las potencialidades
latentes y dormidas que se despiertan a la vida consciente. Las células
de los tejidos, constituyen la estructura corporal, mientras el orden en el
cual se disponen, el principio en que se juntan, que constituye la forma humana,
no es simplemente una forma desarrollada desde el plano animal inferior, sino
la involución de un principio proveniente de un plano superior, un mundo
mayor, o sea los "Pitris Lunares." "El Mono Hanuman" antecede
en muchos milenios al "eslabón perdido" de Darwin. Al mismo
tiempo, el elemento Manásico o mental, con sus potencialidades cósmicas
e infinitas, no es simplemente el "instinto" desarrollado del animal.
La Mente es la potencialidad latente o activa de la Ideación Cósmica,
la esencia de toda forma, la base de toda ley, la potencia de todo principio
en el universo. El pensamiento humano es la reproducción en la esfera
de la conciencia humana, de estas formas, leyes y principios. Por lo tanto,
el individuo percibe y comprende la naturaleza mientras se desarrolla en él.
Sin embargo, cuando la Monada ha pasado por la forma del ego animal, envolviendo
y desplegando la forma humana, la tríada superior de los principios,
se despierta de su descanso de las épocas, iluminada por los "Manasa-putras,"
e incluida en la esencia y substancia de ellos. ¿Como podría el
ser humano representar al cosmos si este no lo tocara en cada punto, y no fuese
involucrado en cada principio? Si el ser del hombre está tejido en la
tela del destino, sus potencias y posibilidades asumirán la divinidad
como los hilos y los diseños de su vida ilimitada. ¿Por qué
debería encontrarse fatigado o descorazonado? ¿Por qué
debería degradarse, este heredero de toda cosa? "La particularidad
de esta teología y su trascendencia, consiste en el hecho que no considera
al Dios superior como el principio de los seres, sino como el principio de los
principios, o sea de las procesiones divinas de sí mismo, que están
todas implantadas en los insondables abismos de la fuente inmensamente grande
de su existencia, y podríamos definirlas como sus ramificaciones súper
sensoriales y flores súper luminosas."
Siempre ha parecido extraño que en teosofía y en ocultismo, no
existen dogmas ni credos. ¿Es la teosofía una religión?
No, es la religión. ¿Es una filosofía? No, es la filosofía.
¿Es una ciencia? No, es la ciencia. Si es posible tener un consenso de
religión, filosofía y ciencia, y si nunca se realizó en
el pensamiento humano, este último debe haber transcendido desde hace
mucho tiempo los confines de todo credo y cesado de dogmatizar. Por eso es difícil
contestar a las preguntas. Ninguna proposición permanece separada o puede
ser interpretada separadamente sin limitar y distorsionar su sentido. Debemos
considerar cada declaración subordinada a la completa síntesis.
Las personas verdaderamente inteligentes, capaces de razonar correctamente,
muy a menudo carecen de un interés suficiente para esforzarse aprender
la universalidad de estos principios. Si tienen el mínimo interés
en el tema, esperan que se les explique todo en una conversación de una
hora o que aprenderán de un artículo en el periódico todo
lo que concierne al ser humano, a la naturaleza y a la divinidad y sólo
entonces deciden si rechazar estas ideas o incluirlas en sus credos anteriores.
Estas personas no son más sabias que los escritores mediocres que analizan
ciertos puntos ridiculizándolos y trasformándolos en blancos para
su sarcasmo, imaginándose al fin que han demolido la estructura entera
Si estos individuos se percataran de su locura, se quedarían asombrados.
El pensador más profundo, y la persona dotada de un razonamiento muy
correcto, podrían dedicar una vida entera aprendiendo la filosofía
del ocultismo y otras existencias, intentando dominar los detalles científicos,
mientras que al mismo tiempo, su ética y su vida religiosa se armonizan
con el principio altruista y de la hermandad humana. Si consideramos esta tarea
demasiado difícil, es sin embargo la línea de la evolución
humana superior que, a la larga, toda alma deberá seguir, retroceder
o cesar su existencia.
El ser humano es simplemente un eslabón en una cadena infinita de seres,
una secuencia de un pasado eterno de causas y procesos, una potencialidad nacida
en el tiempo, que se extiende sobre dos eternidades, su pasado, su futuro y
en su conciencia son todos una cosa única, la Duración, el omnipresente.
En un artículo anterior, mostramos que el ser humano era un conjunto
de "Vidas" casi innumerables, mostrando además que estas entidades
vivientes llamadas células, se asociaban de acuerdo al principio jerárquico,
reuniéndose según el nivel, el orden, el servicio y el desarrollo.
Expusimos que todo esto era la "síntesis física" y orgánica
del ser humano, mostrando que la enfermedad era el "pecado del estado de
separación" nutritivo orgánico o fisiológico. Además,
mostramos que cada esfera del ser individual, cada órgano y célula
de su cuerpo, poseía también su propia conciencia e inteligencia
subordinada al entero.
Por lo que
concierne a la salud, toda acción es sincrónica y rítmica por variada,
extensa, intensa y completa que sea. La física moderna ha alcanzado un
conocimiento suficiente para justificar todas estas declaraciones por lo menos
analógicamente. El principio de la inducción y de la vibración eléctrica, la
transmisión de la vibración cuantitativa y cualitativa, su exacta registración
y aplicación en la telegrafía, el teléfono y el fonógrafo, han volcado toda
teoría anterior física y fisiológica. Por ejemplo, una plancha metálica ¿puede
hablar como un ser humano? ¿Sí o No? Según Bouillard, que no era un hombre
común, era imposible, en cuanto aceptar tal hecho implicaba volcar todas
nuestras nociones fisiológicas. Estas fueron las palabras que Bouillard dijo en
frente de la Academia acerca del fonógrafo de Edison, acusando de ventriloquia
el desafortunado interprete del famoso inventor americano. (Doc. J. Oehorowicz,
"La Sugestión Mental" Pág. 291).
La Teosofía,
significa conocimiento de o acerca de Dios (no en el mismo sentido de un Dios
personal antropomórfico, sino en esa sabiduría divina), el término
"Dios" es aceptado universalmente como incluyendo todo lo existente,
lo conocido y lo desconocido, de allí que la Teosofía debe significar sabiduría
respecto al Absoluto; y puesto que el absoluto no tiene principio ni fin, esta
sabiduría debe de haber existido siempre. Por lo tanto a la Teosofía se le
llama a veces la Religión - Sabiduría porque desde tiempo inmemorial ha sido
el conocimiento de todas las leyes que rigen en lo espiritual, lo moral y lo
material.
La teoría que ofrece para explicar la naturaleza y la vida no ha sido
formulada especulativamente y después probada ajustando hechos o forzando
conclusiones, sino que es una solución del problema de la existencia,
cósmica e individual, resultante del conocimiento obtenido por quienes
han adquirido el poder de ver a través del velo con que la naturaleza
oculta sus operaciones a la mente ordinaria. Tales Seres son llamados Sabios,
usando el término en su más alto sentido. En estos últimos
años han sido llamados Mahatmas y Adeptos. En los tiempos antiguos eran
llamados Rishis y Maharishis - la última es una palabra que significa
Gran Rishis.
No pretendemos decir que estos seres elevados, o Sabios, sólo han existido
en el Oriente. Se sabe que han vivido en todas partes del globo, en obediencia
a las leyes cíclicas que se hablará más tarde. Por lo que
concierne al desarrollo actual de la raza humana en este planeta, se sabe que
se encuentran ahora en Oriente, aunque en verdad puede ser que en tiempos remotos
algunos de ellos hayan, llegado desde las costas americanas.
Habiendo por necesidad varios grados entre los estudiantes de esa Religión
- Sabiduría, es claro que los que pertenecen a los grados menores sólo
pueden comunicar los conocimientos que corresponden a su grado, y que dependen,
aun hasta cierto punto, para más información de los estudiantes
más avanzados. De estos estudiantes superiores es de quienes se dice,
que lo que saben no es cuestión de meras inferencias sino que se relaciona
con realidades vistas y conocidas por ellos. Algunos de ellos están en
contacto con la Sociedad Teosófica, y sin embargo, están muy por
encima de ella. El poder de ver y absolutamente conocer tales leyes está
rodeado por regulaciones inherentes cuales deben ser obedecidas como condiciones
preeliminarías; y por lo tanto, no es posible satisfacer las preguntas
y las demandas del hombre de mundo que pide una explicación inmediata
de esta sabiduría, puesto que no es posible que él la comprenda
hasta que él cumpla las condiciones. Como esta sabiduría trata
de leyes, y estados de materia, y de modos de entender no soñados por
el "práctico" mundo Occidental, sólo queda aprenderse
poco a poco, a medida que el estudiante avanza en la tarea de demoler una a
una las ideas falsas y preconcebidas que son debidas a teorías erróneas
o incompletas. Estos estudiantes superiores nos dicen que especialmente en el
mundo Occidental, ha prevalecido por muchos siglos un método de razonar
falso, que ha resultado en un hábito universal de la mente que hace tomar
los efectos por causas, y mirar lo que es real como ilusorio, mientras que trasponen
a lo ilusorio en el puesto de lo real y verdadero. Como un pequeño ejemplo,
citaremos lo fenoménico del mesmerismo y la clarividencia, que hasta
hace poco tiempo, ha negado la ciencia Occidental, a pesar de haber numerosas
personas que por evidencia introspectiva incontrovertible, saben de positivo
la verdad de estos fenómenos, y, en algunos casos, comprenden su causa
y su modo de ser.
A continuación ponemos algunas de las proposiciones fundamentales de
la Teosofía:
El espíritu en el hombre es la única parte de su ser que es real
y permanente; lo demás de su naturaleza es un compuesto variable. Y como
todo lo que es compuesto está sujeto a desintegración, todas las
partes del hombre, menos el espíritu, son impermanentes.
Además, siendo el universo uno y no muchos, y toda cosa que él
encierra está conectado con la totalidad, y con toda otra cosa en ello,
no existe acto o pensamiento que no sea percibido por el gran todo. De esto
hay conocimiento perfecto en la esfera superior de que hablaremos. Por lo tanto
todo lo que existe está ligado inseparablemente por los lazos de la Fraternidad.
La primera proposición fundamental de la Teosofía mantiene que
el universo no es un agregado de unidades diversas sino que es una totalidad.
Esta totalidad es llamada "Divinidad" por los Filósofos Occidentales,
y "ParaBrahm" por los Vedan tinos de la India. Puede llamarse Inmanifiesto,
que contiene en sí la potencialidad de todas las formas de manifestación,
junto con las leyes que gobiernan estas manifestaciones. Además se enseña
que no hay creación de mundos en el sentido teológico, sino que
toda su aparición es debida estrictamente a la evolución. Cuando
llega la hora en que lo Inmanifestado se manifiesta como un Universo objetivo,
lo cual sucede periódicamente, emana de su una potencia llamada "la
Primera Causa" - llamada así porque es en sí la raíz
de esa Causa, y llamada en el Oriente la "Causa sin Causa". La primera
Causa podemos llamarle Brahma, o Ormazd, o Osiris, o por cualquier nombre que
nos agrade. La proyección en el seno del tiempo de la potencia de esta
Causa, llamada "el soplo de Brahma", hace que aparezcan gradualmente
los mundos y todos los seres que los habitan. Todo esto permanece en manifestación
mientras dura la influencia que los impele en su evolución. Después
de inmensas eras el soplo espiratorio, la influencia evolucionaría disminuye,
y el universo empieza a entrar en obscurecimiento o pralaya, hasta, que el "soplo"
es completamente inhalado, no queda nada objetivo, porque nada es, más
que Brahma. Es preciso que el estudiante tenga cuidado en diferenciar entre
Brahma (el impersonal Parabrahma) y Brahma el Logos manifestado. Discutir en
este Epítome los medios que emplea este poder para funcionar estaría
fuera de lugar, pero la Teosofía también trata de esos medios.
La exhalación es conocida como un Manvantara, o la Manifestación
del mundo entre dos Manus (de Manu y Antara que significa "entre")
y la consumación de la inhalación trae consigo Pralaya, o destrucción.
Es de estas verdades que han surgido los errores con respecto a la "creación"
y al "juicio final". Esos Manvántaras y Pralayas han ocurrido
eternamente, y continuarán efectuándose periódicamente
y por siempre.
Para que tenga lugar un Manvantara dos principios eternos, son postulados, que
son, Purusha y Prakriti (o espíritu y materia), porque los dos están
siempre presentes y juntos en cada manifestación. Se usan estos términos
sánscritos porque no hay equivalente justo en otro idioma. Purusha es
llamado el "espíritu", y Prakriti "materia", pero
ni es Purusha el espíritu absoluto ni es Prakriti la materia tal como
la conoce la ciencia; los Sabios Arianos declaran que hay un espíritu
todavía más elevado llamado Purushottama. La razón de todo
esto es que durante la noche universal de Brahmâ, o la llamada inhalación,
ambos Purusha y Prakriti son absorbidos en lo Inmanifiesto; un concepto que
es la misma idea que la Biblia expresa - "quedando en el seno del Padre".
Esto nos trae a la doctrina de la Evolución Universal como explican los
Sabios de la Religión-Sabiduría. El Espíritu o Purusha,
ellos dicen, que procede de Brahma a través de varias formas de materia
emanadas al mismo tiempo, empezando en el mundo espiritual desde lo más
alto y en el mundo material desde la forma más baja. La forma es todavía
desconocida a la ciencia moderna. De manera que toda forma mineral, vegetal
o animal cada una aprisiona una chispa de lo Divino, una porción del
indivisible Purusha.
Estas chispas laboran por "retornar al Padre", o en otras palabras,
a asegurar la auto-conciencia y por último llegan a la forma más
elevada en la Tierra, es la del hombre donde sólo la auto-conciencia
es posible para ellos. El período durante el cual se efectúa esta
evolución, calculado en ciclos de tiempos usuales, abraza millones de
eras. Así es que cada chispa emanada de la divinidad tiene millones de
eras para llenar su misión - que es obtener la conciencia propia en la
forma humana. Pero esto no quiere decir que el mero hecho de manifestarse en
forma humana confiere a la chispa divina la conciencia propia. Ese gran trabajo
puede ser consumado durante el Manvantara en el cual la chispa Divina alcanza
la forma humana, o tal vez no; todo depende de los esfuerzos individuales y
de la propia voluntad. Cada espíritu particular pasa a través
del Manvantara, o entra en manifestación para su propio enriquecimiento
y de allí para la Totalidad. Los Mahatmas y Rishis se desarrollan gradualmente
durante un Manvantara y al concluir éste llegan a ser espíritus
planetarios que guían la evolución de otros futuros planetas.
Los espíritus planetarios de nuestro globo son aquellos que hicieron
los esfuerzos necesarios en un Manvantara anterior - o día de Brahma
- y llegaron a ser Mahatmas durante el curso de ese largo período.
Cada Manvantara es para la misma meta y propósito, para que así
los Mahatmas que han obtenido tal altura, o los que llegaran a ser Mahatmas
en los años que quedan de ese Manvantara, serán probablemente
los espíritus planetarios del próximo Manvantara ya sea en este
planeta o en algún otro. Este sistema está basado, como se ve,
en la identidad del ser Espiritual, bajo el nombre de "Fraternidad Universal",
la idea básica de la Sociedad Teosófica, cuyo objeto es realizar
esta fraternidad entre los seres humanos.
Los Sabios dicen que este Purusha es el fundamento de todos los objetos manifestados.
Sin él nada podría existir o unirse. Se difunde y lo penetra todo.
Es la realidad de la cual las cosas que nosotros llamamos reales, son meras
imágenes. Como Purusha anima y abraza todos los seres, estos se encuentran
unidos íntimamente, y en cualquier plano en que se focaliza Purusha,
allí habrá conciencia perfecta de todo acto, pensamiento, objeto,
circunstancia, ya sea que haya ocurrido en ese, o en este o en cualquier otro
plano. Porque inferior al espíritu y superior a la inteligencia, hay
un plano de conciencia comúnmente llamada la "la naturaleza espiritual"
del hombre; donde quedan anotadas todas las experiencias, y frecuentemente se
dice que ésta es tan susceptible de cultivo como lo es su cuerpo o su
intelecto.
Este plano superior es el verdadero registro de todas las sensaciones y experiencias,
aunque hay otros planos que registran. A veces se le llama la "mente sub.-conciente".
La Teosofía, mientras tanto sostiene que es mal uso de los términos
el decir que la naturaleza espiritual puede ser cultivada. El objeto real que
debe tener presente es abrir o hacer porosa la naturaleza o índole inferior
para que así la índole espiritual pueda brillar a través
y llegar a ser el guía y gobernante. Sólo es "cultivado"
en el sentido de preparar un vehículo para su uso, en el cual pueda descender.
En otras palabras, se asegura que el hombre verdadero, que es el ego superior
- la chispa de lo Divino ya mencionada - obscurece el ser visible cual tiene
la posibilidad de llegar a unirse a esa chispa. Así es que se dice que
el Espíritu superior no está dentro del hombre sino sobre el hombre.
Está siempre pacífico, sin preocupaciones, feliz y lleno de conocimiento
absoluto. Continuamente participa del estado Divino, siendo continuamente el
mismo el estado, y "unido con los Dioses, se alimenta de Ambrosía".
Lo que se propone cada estudiante es dejar que la luz de ese espíritu
brille a través de las envolturas inferiores.
Este "cultivo espiritual" es sólo obtenible conforme los intereses
groseros, las pasiones, los apetitos de la carne, son subordinados a los intereses,
aspiraciones y necesidades de la índole superior; esto es cuestión
de ambos sistemas y de ley establecida.
El espíritu sólo puede llegar a ser el gobernante cuando el firme
reconocimiento o admisión intelectual es primero hecho que sólo
ELLO es. Y, como se dijo anteriormente que esto sólo concierne a la persona
sino a la totalidad, todo egoísmo debe de ser eliminado de la naturaleza
inferior antes que su estado divino pueda alcanzarse. Mientras quede el más
mínimo deseo personal o egoísta - aún el querer desarrollo
espiritual para uno mismo - se pospondrá el objeto anhelado. Por eso
la frase "apetitos de la carne" debe extenderse a deseos que no son
carnales, y mejor sería decir todos los "deseos personales, incluyendo
los del alma individual".
Cuando un hombre ha sido metódicamente educado de acuerdo a este sistema
y ley, obtiene una visión clara dentro de lo inmaterial, en lo espiritual,
y sus facultades íntimas perciben la verdad tan inmediatamente y tan
fácilmente como las facultades físicas se adhieren a las cosas
sensuales, o la mente de las razonables. O, en las palabras usadas por algunos
de ellos,"Ellos son capaces de mirar directamente las ideas", y por
lo tanto su testimonio sobre verdades espirituales es tan digno de fe como el
de los científicos o filósofos a la verdad en sus campos respectivos.
En el curso de este cultivo espiritual esos hombres adquieren percepción
y dominio de varias fuerzas naturales desconocidas por los otros hombres, y
de este modo pueden ejecutar actos usualmente llamados "milagrosos",
pero que sólo son el resultado de mayores conocimientos de las leyes
naturales. Lo que estos poderes son pueden encontrarse en la "Filosofía
Yoga de Patanjali". Su testimonio respecto a la verdad trascendental, corroborado
por la posesión de tales poderes, desafía el examen cándido
de toda mente religiosa.
Volviendo ahora al sistema expuesto por estos Sabios, encontraremos en primer
lugar, una reseña de cosmogonía, el pasado y futuro de esta tierra
y de otros planetas, la evolución de la vida pasando por las formas elemental,
mineral, vegetal, animal y humana.
Estos "elementos vitales pasivos" son desconocidos a la ciencia moderna,
aunque algunas veces se les acerca, llamándoles agentes materiales sutiles,
cuando en realidad son formas de la vida misma.
Cada Kalpa, o gran período, es dividido en cuatro edades o Yugas, cada
una de las cuales dura millares de años, y cada una es marcada por una
característica predominante. Estas son: Satyayuga (o edad de la verdad),
la Tretya-yug, la Dvapara-yug, y nuestra presente Kali-yug (o edad de oscuridad),
que empezó hace cinco mil años. La palabra "oscuridad"
se refiere a oscuridad espiritual y no material. Sin embargo, en esta edad toda
causa produce sus efectos más aprisa que en ninguna otra era - lo cual
es debido a la intensidad impulsiva del "mal", cuando el curso del
ciclo se acerca al punto de retorno hacia un nuevo ciclo de verdad. Así
es que un amante sincero de la humanidad puede hacer más en tres encarnaciones
en Kali-Yuga, que en muchas más en cualquier otra edad. La oscuridad
de esta edad no es absoluta, pero es mayor que en las otras; su principal tendencia
es hacia el materialismo; su mitigación es el progreso ocasional en lo
moral o lo científico que conduce a la mejora de la raza por la remoción
de causas inmediatas de enfermedad o crimen.
Nuestra tierra es una de la cadena de siete planetas, el único en el
plano visible, mientras los otros seis están en diferentes planos, y
son por lo tanto invisibles. (Los otros planetas de nuestro sistema solar pertenecen
cada uno a una cadena de siete.) Y la ola de vida pasa del globo más
alto al más bajo en la cadena hasta que llega a nuestra tierra, y entonces
asciende y pasa a los otros tres globos del arco opuesto; y así sucesivamente
siete veces. la evolución de formas coincide con este progreso, la marea
de vida llevando las formas minerales y vegetales, hasta que cada globo esté
listo para recibir la ola vital humana. De estos globos nuestra tierra es el
cuarto.
La humanidad pasa de globo a globo en una serie de Rondas, primero circunvalando
cada globo, y re-encarnándose un numero fijo de veces. En cuanto a la
evolución humana en los planetas o globos ocultos poco es permitido decir.
Nosotros tenemos que ocuparnos de nuestra tierra. Esta, cuando la ola humana
la alcanzó por última vez (en esta, nuestra Cuarta Ronda), empezó
a evolucionar al hombre, subdividiéndolo en razas. Cada una de estas
razas cuando a través de la evolución, ha llegado al punto conocido
como el "momento de escoger" y decide su destino futuro como una raza
individual, empieza a desparecer. Además, las razas están separadas,
unas de otras por cataclismos de la naturaleza, tales como el hundimiento de
continentes y otras convulsiones naturales. Coincidiendo con el desarrollo de
las razas el desarrollo de la especialidad de los sentidos toma lugar; de modo
que nuestra quinta raza ha desarrollado hasta ahora cinco sentidos.
Dicen también los sabios que los asuntos de este mundo y de sus habitantes
están sujetos a las leyes cíclicas y que durante uno de estos
ciclos no es posible obtener ni la calidad ni la rapidez del progreso que corresponde
a otro ciclo. Estas leyes cíclicas operan en cada era. A medida que las
edades se obscurecen las mismas leyes prevalecen, sólo que los ciclos
son más cortos; es decir ellos son lo mismo en longitud en el sentido
absoluto, pero pasan el dado límite en un período de tiempo más
corto. Estas leyes imponen restricciones al progreso de la raza. En un ciclo,
donde todo está ascendiendo y descendiendo, los Adeptos tienen que esperar
hasta que llegue el momento antes que ellos puedan ayudar la raza a ascender.
Ellos no pueden, ni deben infringir con la ley Kármica. Y así
ellos empiezan a trabajar activamente otra vez en el sentido espiritual, cuando
saben que el ciclo va aproximándose a su punto de cambio.
Al mismo tiempo estos ciclos no tienen líneas fijas de demarcación,
ni fronteras, ni puntos de partida, puesto que es posible que esté uno
a punto de concluir cuando ya otro hace algún tiempo que empezó.
Así se sobreponen y se desvanecen unos en los otros, como el día
hace con la noche; y sólo cuando uno está completamente terminado
y el otro ya ha realmente comenzado manifestando su eflorencia es que podemos
decir que estamos en un nuevo ciclo. Como ejemplo, pueden compararse con dos
círculos entrelazados de tal manera que la circunferencia de uno pase
por el centro de otro y entonces el momento en que uno termine y el otro empiece
será el punto en que se crucen las circunferencias. O imaginemos a un
hombre que camina, como ilustración del progreso de los ciclos; la rapidez
de su marcha solo puede obtenerse midiendo la distancia cubierta por sus pasos;
el punto medio en cada paso, es decir, de un punto que queda a mitad de pie
a pie, será el principio de un ciclo y el final de otro.
El progreso cíclico es ayudado, o la deterioración es permitida,
del modo siguiente; cuando el ciclo va ascendiendo, Seres avanzados y desarrollados
llamados en Sánscrito "Jñânis", descienden a esta
tierra de otra esfera donde el ciclo está declinando, en orden que ellos
puedan también ayudar al progreso espiritual de este globo. De igual
modo ellos dejan esta esfera cuando nuestro ciclo se acerca a la oscuridad.
Sin embargo, no hay que confundir estos "Jñânis" con
los Mahatmas y Adeptos ya mencionados. El verdadero objeto de un verdadero Teósofo
debería ser, por lo tanto, arreglar su vida de manera que su influencia
contribuya a disipar las tinieblas para que los Jñânis puedan volver
otra vez hacia esta esfera.
La Teosofía también enseña la existencia de un universal
difundido y muy tenue médium, cual ha sido llamado la "Luz Astral"
y "Akâsa". Es el almacén donde se depositan todos los
acontecimientos pasados, presentes y futuros, y en éste se marcan todos
los efectos de causas espirituales, y todos los actos y pensamientos, ya sean
de dirección del espíritu o materia. Casi podría llamarse
el Libro del Ángel Registrador.
Sin embargo no debe confundirse Akâsa con el Éter ni con la luz
astral de los Kabalistas. Akâsa es el noumenon del fenómeno éter
o luz astral propiamente dicho, porque Akâsa es infinito, indivisible,
intangible, siendo su única producción el Sonido.
Y esta luz astral es material y no espiritual. Es en realidad el principio más
bajo del cuerpo cósmico del que Akâsa es el más alto. Tiene
la facultad de retener toda imagen. Y esto significa que cada pensamiento así
como cada palabra y cada acto imprime una imagen en ella. Se dice que estas
imágenes tienen dos vidas. Primero. Su propia vida como una imagen. Segundo.
La impresión dejada por ellas en la matriz de la luz astral. En las regiones
superiores de esta luz, no existe tal cosa como espacio y tiempo en el sentido
humano. Todos los acontecimientos futuros son pensamientos y actos humanos;
estos son los productores, de antemano, de la imagen del suceso que va a ocurrir.
El hombre ordinario continuamente sin tino, y con mala intención, está
fabricando estos eventos que no pueden dejar de suceder, pero los Sabios, Mahatmas
y los Adeptos de la buena ley, sólo hacen imágenes que estén
de acuerdo con la ley Divina, porque ellos tienen dominio sobre la producción
de sus pensamientos. En la luz astral también están todos los
diferenciados sonidos. En ella los elementales son centros de energía.
Las sombras de hombres fallecidos y animales también están allí.
De modo que cualquier clarividente, o cualquier persona en trance puede ver
en ella todo lo que uno ha hecho o dicho, como también todo lo que ha
sucedido a ellos con los que están relacionados. De aquí, que
la identidad de personas difuntas - que se supone reportan especialmente fuera
de este plano - no es para ser creída aunque den detalles sobre cosas,
palabras o ideas olvidadas. De este plano de materia se pueden sacar retratos
de todo quien ha vivido y después reflejado sobre una adecuada superficie
electro-magnética, de manera que aparece una aparición del difunto
produciendo todas las sensaciones de peso, dureza y extensión.
Por medio de la Luz Astral y con la ayuda de los Elementales, pueden reunirse
los diferentes elementos materiales necesarios y ser precipitados de la atmósfera
sobre una superficie plana, o en la forma de un objeto sólido; esta precipitación
puede hacerse permanente o de tan poca fuerza coherente que pronto se desvanece.
Pero la ayuda de los elementales sólo se consigue cuando se posee una
fuerte voluntad y un conocimiento completo de las leyes que gobiernan esos seres
de los elementos. Es inútil dar detalles sobre este asunto; primero,
porque el estudiante que no está entrenado no puede entenderlos; y segundo;
una explicación completa no es permitida, aunque tuviéramos espacio
para ello.
El mundo de los elementales es un factor importante en nuestro mundo y en el
curso del estudiante. Cada pensamiento que es emanado del hombre se une instantáneamente
con un elemental y entonces queda fuera del poder del ser humano.
Es fácil ver que este procedimiento tiene lugar en todo instante. De
modo que, cada pensamiento existe como una entidad. Su tiempo de vida depende
de dos cosas: (a) La fuerza original como voluntad e ideación de la persona;
(b) El poder del elemental a que pertenece. Este es el caso con buenos y malos
pensamientos, y como generalmente la voluntad que impele los malos es intensa,
podemos ver el resultado es muy importante, porque el elemental no tiene conciencia
y obtiene su constitución y su dirección del pensamiento que lo
envuelve.
Cada ser humano tiene sus elementales propios que participan de su índole
y pensamientos. Si tú fijas tus pensamientos con cólera en una
persona, o con juicios críticos y poco caritativos, tú atraes
un número de elementales que les corresponden, generan y son generados
por esa falta particular, y ellos se precipitan sobre ti. Así es que,
a causa de la injusticia de nuestra condenación meramente humana, que
no sabe el origen y las causas de la acción de otro, al instante tú
te haces participante de su falta o debilidad por tu propio acto, y el elemental
dañino que despedimos vuelve acompañado "con otros diablos
peores que él".
De aquí que nace el refrán popular que dice que las maldiciones
vuelven a casa, y esto tiene su base en las leyes que gobiernan la afinidad
magnética.
En el Kali-Yuga estamos hipnotizados por el efecto del inmenso grupo de imágenes
que hay en la Luz Astral, compuesto de los pensamientos, actos y demás
de nuestros antepasados, cuyas vidas tendían en una dirección
material. Estas imágenes influyen al hombre interno - que está
consciente de ellas - por sugestión. En una edad más iluminada
la influencia de esas imágenes sería hacia la Verdad. El efecto
reactivo de la Luz Astral, pintada y amoldada por nosotros, permanecerá
mientras tanto continuemos imprimiendo esas imágenes allí, y así
viene a ser nuestro juez y nuestro verdugo. Toda ley universal lleva en sí
misma los medios de su ejecución y castigo de su violación, y
no necesita ninguna otra autoridad para postular su cometido o hacer cumplir
sus decretos.
La Luz Astral por su acción inherente es a la vez quien desarrolla y
destruye las formas. Es el registro universal. Su principal utilidad es de ser
un vehículo para la operación de las leyes del Karma, o el progreso
del principio de la vida, y en un sentido espiritual es un médium o "mediador"
entre el hombre y su Dios - su espíritu supremo.
La Teosofía también nos dice el origen, la historia, el desarrollo
y el destino de la humanidad.
Con respecto al hombre enseña:
Primero. Que cada espíritu es una manifestación del Espíritu
Uno y por lo tanto parte de todo. Este pasa por una serie de experiencias en
encarnación y está destinado a reunirse últimamente con
lo Divino.
Segundo. Que la encarnación no es singular sino que se repite, reincorporándose
cada individualidad durante numerosas existencias en sucesivas razas y planetas
de nuestra cadena planetaria, y acumulando experiencias de cada encarnación
hacia su perfección.
Tercero. Que entre encarnaciones adyacentes, después que los elementos
se han purgado, viene un período de descanso y quietud relativa, llamada
Devachan - en el cual el alma se prepara para su próximo advenimiento
a la vida material.
La constitución humana está subdividida en una manera septenaria,
siendo las principales divisiones el cuerpo, el alma, y el espíritu.
Estas divisiones y su relativo desarrollo gobiernan su subjetiva condición
después de la muerte. La verdadera división no puede ser comprendida,
y debe por algún tiempo quedar esotérica, porque requiere el uso
de ciertos sentidos que no están desarrollados para su entendimiento.
Si la presente división septenaria, que es dada por escritores Teosóficos
es adherida estrictamente y sin ninguna declaración condicional, caerá
en errores e inútiles disputas. Por ejemplo, el Espíritu no es
el Séptimo principio. Es la síntesis o el todo, y está
igualmente presente en los otros seis. Las varias divisiones publicadas hasta
ahora sólo sirven como pauta preliminar, que será desarrollada
y corregida conforme los estudiantes avancen y se desarrollen por su propio
esfuerzo.
El estado espiritual comparable al descanso y conocido como Devachan no es eterno
y por lo tanto no es el mismo que el cielo eterno de los Cristianos. Tampoco
el "infierno" corresponde al estado conocido a los escritores Teosóficos
como Avitchi.
Todos los estados penosos son transitorios y estados purificadores. Cuando estos
estados se han pasado el individuo entra en el Devachán.
El "infierno" y Avitchi no son lo mismo. Avitchi es igual que la "segunda
muerte", pues el aniquilamiento que sólo le viene al "Mago
negro" o sea espiritualmente perverso, como veremos luego.
Las condiciones de cada encarnación dependen del equilibrio entre méritos
y deméritos de la previa vida o vidas - del modo de pensar y de vivir
del hombre; y esta ley es inflexible y completamente justa.
"Karma" - es un término que significa dos cosas, la ley de
acusación ética (Todo lo que siembras, eso cosecharás);
y el total o exceso de méritos o deméritos en cada individuo,
determina también las experiencias importantes de alegría y tristeza
en cada encarnación, de modo que lo que nosotros llamamos "suerte"
es en realidad "mere-cimiento" - merecimiento adquirido en pasada
existencia.
Karma no se exhausta todo en una sola vida, ni una persona necesariamente en
esta vida está experimentando los efectos de todo su Karma previo; para
algunos puede estar suspendida por varias causas. La causa principal es la falta
para el Ego de obtener un cuerpo que le sirva de instrumento o aparato en y
por el cual la meditación o pensamientos de vidas previas pueden tener
su efecto y ser maduradas. Por eso se sostiene que hay un poder misterioso en
el pensamiento humano durante una vida, que con seguridad traerá resultados
ya sea en la vida consecutiva o en alguna otra vida futura; es decir en cualquier
vida en que el Ego obtenga un cuerpo capaz de ser el foco, aparato o instrumento
para madurar el Karma del pasado. También hay una fuerza divergente en
el Karma en sus efectos sobre el alma, por cierto curso de vida - o pensamiento
- influenciará el alma en esa dirección a veces por tres vidas,
antes de que se haga sentir el efecto, bueno o malo, de cualquier otra clase
de Karma. Esto no quiere decir que cada mínima fracción de Karma
debe sentirse con el mismo detalle como cuando se produjo, ya que varias clases
del Karma pueden culminar juntas en un punto de la vida, y por sus efectos combinados
produce un resultado que, aunque, como en la totalidad, representa con exactitud
todos los elementos en él, al mismo tiempo es un Karma diferente de cada
una de las partes componentes. Esto puede llamarse la nulificación de
los supuestos efectos de las clases comprometidas del Karma.
El proceso de la evolución hasta la reunión con lo Divino es e
incluye elevación sucesiva de rango a rango de poder y utilidad. Los
seres más elevados existentes en la carne se les conoce como Sabios,
Rishis, Hermanos, Maestros. Su gran función es preservar en todos tiempos,y
cuando las leyes cíclicas lo permitan, la extensión del conocimiento
espiritual e influencia.
Cuando la unión con lo Divino es efectuada, todos los eventos y experiencias
de cada encarnación son conocidos.
Con respecto al procedimiento de desarrollo espiritual, la Teosofía enseña:
Primero. Que la esencia del proceso yace en asegurar la supremacía, hasta
lo más alto, lo espiritual, el elemento de la naturaleza humana.
Segundo. Que esto se adquiere de cuatro modos entre más, -
(a) Eliminación completa del egoísmo en todas sus formas, y el
cultivo de una simpatía amplia y generosa, y esfuerzos por el bien de
otros.
(b) El cultivo absoluto de lo íntimo espiritual, por medio de la meditación
y comunión con lo Divino, por el ejercicio de la clase descrito por Patanjali
como un esfuerzo incesante a un fin ideal.
(c) El control de los apetitos carnales y deseos, subordinando deliberadamente
todo interés material a los dictados del espíritu.
(d) La ejecución cuidadosa de todo deber relacionado con la posición
que uno ocupe en la vida, sin desear recompensa, dejando los resultados a la
ley Divina.
Tercero. Que mientras lo antedicho es incúmbete y practicable por todo
hombre religioso, todavía hay un elevado plano de adquisición
espiritual que es condicionado sobre un curso de disciplina, física,
intelectual, y espiritual, por la cual las facultades internas son primero en
despertar y luego desarrollan.
Cuarto. Que este procedimiento se extiende hasta llegar al grado de Adepto y
Mahatma o a los estados de Rishis, Sabios y Dhyân Chohans; son todos estados
excelsos, obtenidos por una laboriosa auto-disciplina y privaciones, prolongadas
tal vez a través de muchas encarnaciones, con muchos grados de iniciación
y de mérito, y seguidos de otros muchos escalones más, siempre
acercándose a lo Divino.
Con respecto al modo del desarrollo espiritual enseña:
Primero. Que el proceso toma lugar completamente dentro del individuo mismo,
el motivo, el esfuerzo y el resultado procediendo de su índole íntima,
en las líneas de auto-evolución.
Segundo. Que, aunque personal e interno, el procedimiento recibe ayuda, siendo
posible, de hecho, sólo a través de una comunión íntima
con la fuente suprema de toda fuerza.
Con respecto al grado de progreso en las encarnaciones, asegura:
Primero. Que hasta el más simple conocimiento intelectual de la verdad
Teosófica tiene gran valor preparando el individuo para dar un paso adelante
en su próxima vida terrestre, dando un impulso en esa dirección.
Segundo. Que más todavía se gana con la vida de deber, de piedad
y beneficencia.
Tercero. Que un avance todavía mayor se obtiene por el atento y devoto
uso de los medios para adquirir la cultura espiritual.
Cuarto. Que cada raza y el individuo de ella llega en la evolución a
un período conocido como "el momento de escoger", cuando tienen
que elegir por sí mismos sus destinos futuros, escogiendo deliberadamente
entre la vida eterna o la muerte, y que este derecho de escoger es un prerrogativa
del alma libre. No puede ejercerse hasta que el hombre no ha realizado la existencia
del alma en sí mismo, y hasta que ese alma no ha conseguido, durante
su encarnación, cierto grado de conciencia propia. El momento de escoger
no es un período de tiempo fijo, es compuesto de todos los elementos.
Este no llega a menos que todas las vidas anteriores no hayan tenido esa tendencia.
Para la raza en total no ha llegado aún. Cualquier individuo puede acelerar
el advenimiento de esto para sí mismo bajo la ley previamente dicha,
la maduración del Karma. Pero si no elige correctamente no por eso es
condenado enteramente, pues la economía de la naturaleza provee que él
tenga una y otra vez, la oportunidad de escoger cuando el momento llega para
la raza entera. Después de este período la raza, habiendo florecido,
tiende hacia su disolución. Unos cuantos individuos en ella habrán
ido más allá del progreso medio y habrán llegado a ser
Adeptos y Mahatmas. La masa, que ha escogido acertadamente, pero que no ha obtenido
salvación, pasa a una condición subjetiva, allí a esperar
el influjo de la ola de vida humana en el próximo globo, siendo ellas
las primeras almas que lo poblarán; los que deliberadamente escogieron
mal, aquellos cuyas vidas se han pasado en gran perversidad espiritual (haciendo
daño por el amor al mal mismo), corta la conexión con el Espíritu
Divino, o la Monada, cual abandonará para siempre el Ego humano. Esos
Egos pasan al estado de miseria de la octava esfera, en cuanto podemos entender,
allí permanecen hasta que la separación entre lo que ellos han
cultivado y el Ishwara personal o la chispa divina está completa. Pero
esto no ha sido nunca explicado a nosotros por los Maestros, quienes han rehusado
siempre dar una explicación concluyente. En el próximo Manvantara
la Chispa Divina probablemente empezarán otra vez la larga jornada evolutiva,
lanzada en la corriente de la vida en su fuente pasando otra vez por todas las
formas inferiores.
Mientras la conexión con la Monada Divina, no está cortada, esta
aniquilación de la personalidad no puede tomar lugar. Algo de esa personalidad
quedará siempre unido al Ego inmortal. Y aún después de
la separación el ser humano puede vivir entre los hombres - un ser sin
alma. Esta desilusión, por decirse así, de la Chispa Divina por
la privación del vehículo escogido es lo que constituye el "pecado
contra el Espíritu Santo", imperdonable por su naturaleza misma,
puesto que no es posible continuar una asociación con principios que
han llegado a degradarse y viciados en el sentido absoluto, hasta el punto que
ya no responden más a los impulsos cíclicos y evolucionaros, y
abrumados con el peso de su propia naturaleza se hunden en los abismos más
profundos de la materia. La conexión una vez rota no puede ser reasumida.
Pero innumerables oportunidades se ofrecen para el retorno a través del
proceso disolvente, que dura miles de años.
Hay también un destino que viene hasta los Adeptos de la Buena Ley que
es algo semejante a la pérdida del "cielo" después de
haberlo gozado por un tiempo incalculable. Cuando un Adepto ha llegado a un
punto muy elevado en su evolución, puede, por un simple deseo, convertirse
en lo que los Hindús llaman un "Deva" - o dios menor. Si él
hace esto, entonces, aunque gozará por un tiempo larguísimo la
felicidad y poder correspondientes a su estado, no podrá en el próximo
Pralaya, participar de la vida consciente "en el seno del Padre",
sino que volverá a sumergirse en la materia en la nueva "creación",
llevando a cabo ciertas funciones que no podemos aclarar por ahora, y tendrá
que subir otra vez, a través del mundo elemental; pero esto no es como
la suerte del Mago Negro que cae en Avitchi. Y otra vez entre las dos él
puede escoger el camino medio y llegar a ser un Nirmanakaya - uno que deja ir
la felicidad del Nirvana y se queda en su existencia consciente fuera del cuerpo
después de la muerte; en orden de ayudar a la Humanidad. Este es el mayor
sacrificio que él puede hacer por la Humanidad. Avanzando de un grado
de interés y adquisición comparativa a otro grado, el estudiante
acelera el momento de escoger, después del cual su progreso será
mucho más rápido y más intenso.
Debemos añadir que la Teosofía es el único sistema de religión
y filosofía que explica en una manera satisfactoria los siguientes problemas:
Primero. El objeto, uso y la habitación de otros planetas, que sirven
para prolongar y completar el curso evolucionaro, y llenar la medida requerida
a la experiencia universal de las almas.
Segundo. Los cataclismos geológicos de la tierra; la ausencia frecuente
de tipos intermediarios en la fauna; los casos arquitectónicos y otras
reliquias de las razas ahora perdidas, y a la cual la ciencia ordinaria no tiene
nada sólo vanas conjeturas; la naturaleza de las civilizaciones extinguidas
y las causas de su extinción; la persistencia del salvajismo y las desigualdades
de la civilización actual; las diferencias, físicas y de índole
interna que existen entre las diversas razas humanas; la dirección del
desarrollo del futuro.
Tercero. Los contrastes y concordancias en las creencias del mundo, y la base
común a todas.
Cuarto. La existencia del mal, del sufrimiento, de la tristeza - un problema
insoluble para el mero filántropo o teólogo.
Quinto. Las desigualdades en condición social y privilegios; los contrastes
marcados entre la riqueza y la miseria, la inteligencia y la estupidez, la cultura
y la ignorancia, la virtud y el envilecimiento; la aparición de hombres
de genio en familias sencillas, así como otros hechos en conflicto con
la ley de la herencia, los casos frecuentes de incompatibilidad entre los individuos
y el medio ambiente, tan cruel que les agria el ánimo, obstruye las aspiraciones
y paraliza los esfuerzos; la antítesis violenta entre carácter
y condición; la ocurrencia de accidentes, desgracias y muertes prematuras
- todos los problemas que sólo se explican por la teoría convencional
del capricho divino o por las doctrinas Teosóficas del Karma y la Reencarnación.
Sexto. La posesión por los individuos de poderes psíquicos - clarividencia,
clariaudiencia, etc., como los fenómenos de la psicometría.
Séptimo. La verdadera naturaleza de los fenómenos legítimos
del espiritualismo, y el antídoto contra la superstición y la
exagerada expectación.
Octavo. La impotencia de las religiones convencionales para extender sus áreas,
reformar abuso, reorganizar la sociedad, promulgar la idea de la fraternidad,
abatir el descontento, disminuir el crimen y elevar la humanidad; y una aparente
incapacidad de realizar en vidas individuales el ideal que ellos profesamente
proclaman.
Los Tres Objetivos del Movimiento Teosófico
· La formación de un núcleo de Fraternidad Universal humana;
sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color.
· El estudio comparativo de religiones, filosofías y ciencias,
antiguas y modernas; y la demostración en la práctica de la importancia
de ese estudio.
· La investigación de las leyes inexplicadas de la Naturaleza,
y de los poderes psíquicos latentes en el hombre.
ACERCA DE LA REENCARNACIÓN
Las objeciones planteadas con frecuencia contra la "Reencarnación"
que aparecen muy firmes a los que las presentan, provienen de la parte emocional
de nuestra naturaleza. Ellos dicen: "no deseamos ser otra persona en una
vida futura, ¿cómo podemos reconocer nuestros amigos y los que
amamos si ambos cambiamos de personalidad? Las relaciones tan profundas que
desarrollamos aquí son tales, que pareciera imposible ser felices sin
los que amamos."
Es inútil contestar que, si la reencarnación es la ley, no importa
lo que nos guste o disguste. Mientras las simpatías y las antipatías
gobiernan un individuo, las argumentaciones lógicas no disiparán
las objeciones y la indiferente declaración, según la cual los
amados objetos de nuestra afección a la muerte nos dejarán por
siempre, no alivia la mente de su dolor ni es una declaración exacta.
En realidad, una de las miserias de la existencia condicionada, es la aparente
posibilidad de perder por siempre a lo que amamos. Por lo tanto, la iglesia
cristiana, para solucionar la dificultad que la idea de la muerte siempre suscita,
ha inventado su paraíso en el cual es posible reunirse bajo una condición:
la aceptación del dogma del Redentor. Ninguno de sus creyentes parece
considerar que como los individuos más próximos a nosotros no
responden a la condición necesaria, es imposible alcanzar la felicidad
en tal paraíso, en cuanto que somos constantemente conscientes que estos
infieles están sufriendo en el infierno, pues, si nos permanece suficiente
memoria para reconocer los amigos creyentes, no podemos olvidar a los demás.
Por lo tanto, dicha dificultad se convierte en algo siempre más grande.
Desde luego, debemos preguntar: ¿qué clase de amor es éste?
Un amor simplemente por el cuerpo físico o por el alma interior. En el
primer caso, el cuerpo, desintegrándose a la muerte, no será posible,
ni desearemos, verlo en otra vida, a menos que seamos excesivamente materialistas.
Desde luego, la personalidad pertenece sólo al cuerpo, por lo tanto si
el alma que amamos mora en otro vehículo físico, según
la ley, (una parte de la ley de la reencarnación no citada ni considerada
muy a menudo), cuando nos reencarnemos, encontraremos nuevamente esa misma alma
en un nuevo vehículo. Todavía, no podemos siempre reconocerla,
desde luego el reconocimiento o el recuerdo de los que conocimos previamente,
es uno de los objetos de nuestro estudio y práctica. Ésta no sólo
es la ley presente en los libros antiguos, sino que ha sido declarada positivamente
en la historia de la Sociedad Teosófica, en una carta de un Adepto enviada
hace algunos años a un teósofo londinense. Él les preguntó
si imaginaban que se habían reencarnado unidos por la primera vez; ellos
contestaron negativamente y presentaron la regla según la cual las verdaderas
afinidades del alma los atrajeron a la tierra.
Ser asociado contra nuestra voluntad a los que fueron nuestra madre, padre,
hijo o mujer, en una vida previa, no es justo, ni necesario. Estas relaciones
crecieron sólo de los vínculos físicos, por lo tanto las
almas semejantes, que se aman recíprocamente, así como las que
se odian, se reencarnarán juntos, en cuerpos mortales, una vez como padre
e hijo y viceversa.
Entonces, la doctrina del Devachan nos da una respuesta. En este estado nos
rodean los que amamos en la tierra, por todo motivo práctico y para satisfacer
nuestros deseos. Al reencarnarnos, nos encontramos nuevamente con las almas
a las cuales estamos naturalmente atraídos.
Al vivir según nuestras convicciones superiores y mejores en favor de
la humanidad y no del ser, hacemos posible que en cualquier vida terrena reconoceremos
las personas que amamos, perdiendo por siempre los que parecen ser una perspectiva
deprimente y repugnante.
TRES GRANDES IDEAS
Entre las numerosas ideas que el movimiento teosófico ha divulgado, existen
tres . No es el lenguaje el que gobierna al mundo, sino el pensamiento. Por
lo tanto, si estas tres ideas son buenas, que sean rescatadas una y otra vez
del olvido.
La primera idea trata de la existencia de una gran Causa, llamada la Causa de
la Sublime Perfección y de la Hermandad Universal. Esta radica en la
unidad esencial de la raza humana y es una posibilidad porque la sublimidad
en la perfección y la efectiva realización de la hermandad en
cada plano del ser, son una y la misma cosa. Todo esfuerzo de los Rosacruces,
Místicos, Masones e Iniciados, se dirigen a evocar en los corazones y
en las mentes de los seres humanos, el Orden de la Sublime Perfección.
La segunda idea considera al individuo como un ser que puede elevarse hasta
a la perfección, convirtiéndose en un Dios, porque él mismo
es un Dios encarnado. Sin duda, Jesús tenía en mente tal doctrina
cuando dijo que debemos ser perfectos como lo es el padre en el cielo. Esta
es la idea de la perfectibilidad humana, capaz de destruir la horrible doctrina
del inherente pecado original que ha encadenado y oprimido a las naciones cristianas
por muchos siglos.
La tercera idea es la ilustración, la prueba y el elevado resultado de
las antecedentes. Según ésta los Maestros, los que han alcanzado
el máximo grado posible de perfección en este período evolutivo
y en este sistema solar, son hechos vivientes y verdaderos y no frías
abstracciones lejanas. Ellos son seres humanos vivos, como a menudo decía
nuestra querida H.P.B., según la cual una sombra de miseria envolverá
a los que dicen que no eran hechos reales y afirman: "los Maestros no descienden
a este nuestro plano." Los Maestros, como hechos vivientes e ideales elevados,
llenarán el alma de esperanza, ayudando a todos los que deseen elevar
a la raza humana.